Este pequeño lago al oeste del Lago Maggiore es uno de los lugares más encantadores que he visitado. Es indicativo que los milaneses lo llamen La Cenerentola, Cenicienta, porque durante mucho tiempo lo han considerado el hermano secretamente superior a los lagos más grandes y afectados por el dinero de Como y Maggiore. Sin embargo, lo que destaca de Orta para mí no es solo su belleza, aunque el lugar es exageradamente bonito, sino la misteriosa, etérea y casi sobrenatural calidad del lago. Hay algo para el alma allí, así como para el ojo.